lunes, 1 de noviembre de 2010

Ni penas, ni olvido; peronismo dividido


"¿Cómo narrar una guerra en la que todos se matan y mueren invocando a un Ausente? Sólo Soriano supo hacerlo (...) como si corriera. Porque perseguía hechos escurridizos. Y sabía que, si uno solo de ellos se le escapaba, no lograría reflejar cómo fue posible que un peronista muriera por la exacta, idéntica causa por la que él mataría a ese otro peronista que ahora estaba matándolo." José Pablo Feinmann.


En 1974 Osvaldo Soriano golpeaba las puertas de todas las editoriales en busca de alguna que deseara publicarle su segunda novela. El contexto político de entonces obligaba a los editores al portazo. Porque No habrá más penas ni olvido era el mejor retrato de lo que sucedía entonces: peronistas versus peronistas, de derecha e izquierda, asesinándose unos a otros en nombre de un mismo líder. Clima hostil y enrarecido para dar a luz a una obra de esa calaña.

En 1978, la novela fue publicada en el exterior. Soriano estaba exiliado desde 1976, y en Argentina el libro recién fue publicado en 1983. Esto hizo circular la creencia de que había sido escrito durante ese exilio, aunque la realidad es que una década atrás nadie había querido hacerse cargo de publicar la obra.

La historia en sí narra la conspiración en contra de Ignacio Fuentes, un delegado del ficticio pueblo Colonia Vela, donde transcurre el grueso de las novelas de Soriano. Suprino, jefe del partido justicialista local, deseaba desplazar a Fuentes de su mandato, alegando su supuesto comunismo. El delegado decide resistir en el poder, por lo que se arma y da inicio a una batalla entre peronistas de izquierda y de derecha que, con el correr de las páginas, se convertirá en una postal del Apocalipsis.

Con el estilo que lo distingue, Osvaldo Soriano narra los hechos de manera vertiginosa, con escasos recursos y un lenguaje austero pero directo, siempre al grano y a lo que importa. A la velocidad de los hechos que pretendía narrar, no podía detenerse en detalles minuciosos ni en la elegancia literaria. A pesar de esto y de la gravedad de la historia, Soriano no puede con su genio y se permite deslizar graciosas ocurrencias, quizás para sacar al lector de tanto dramatismo por un instante.

El clima bélico que desarrolla la novela y el enfrentamiento entre seguidores de un mismo Perón, pero divididos bajo banderas ideológicas absolutamente opuestas, denotan las contradicciones del peronismo y remiten al tangible y trágico ejemplo de la Masacre de Ezeiza, en 1973.

El mismo año de su publicación en Argentina y con el retorno de la democracia, No habrá más penas ni olvido fue adaptada al cine por Roberto Cossa y Héctor Olivera. El reparto lo integraban Federico Luppi, Héctor Bidonde, Rodolfo Ranni y Víctor Laplace, entre otros.

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