martes, 28 de septiembre de 2010

Abbey Road, 41 años después


“Por última vez. Como en los viejos tiempos”. Con esta frase, Paul McCartney convenció a George Martin, el productor y arreglista de buena parte de los discos beatles, de grabar un último trabajo, luego de que el álbum Let it be, cuya salida a la venta se demoraba, no hubiera sido uno de los grandes discos que ellos mismos esperaban. Martin aceptó, pero antes preguntó a la defensiva a McCartney si John Lennon estaba de acuerdo, lo que indicaba la inminente separación de caminos concretada meses más tarde.
El 26 de septiembre de 1969 salió a la venta Abbey Road, el último trabajo discográfico de The Beatles, nueve meses antes que Let it be, que había sido grabado antes y que recién saltaría al mercado con la banda ya disuelta.
Abbey Road marcaba historia desde su portada: la foto del disco mostraba a los cuatro músicos cruzando una calle londinense homónima al álbum. Desde aquel flash, ésa esquina cambió para siempre: hoy, miles de fans y turistas esperan su turno para cruzar la avenida y poder retratarse como sus ídolos.
En cuanto al disco en sí, basta decir que muchos lo consideran como uno de los mejores tanto de la banda como de la historia. Mostraba el auge artístico que transitaba cada uno de los Beatles: en el caso de Lennon, la vanguardia en canciones como Because, y la incursión en el heavy metal con temas como Come Together o I want you (She’s so heavy). Paul McCartney plasmaba todo su talento y capacidad en canciones memorables como Oh Darling!, o Golden Slumbers. Hasta Ringo Starr se dio el lujo de componer la alegre Octopus’s Garden, su única autoría solista dentro del grupo. Ni que hablar de George Harrison, que alcanzó la cumbre de su calidad como compositor con las ya clásicas baladas Something y Here comes the sun. Harrison fue, en efecto, el que mejor críticas recibió durante su carrera solista.
“El disco tiene un sonido muy setenta. Yo pienso que son Los Beatles de los setenta, lo que hubieran sido si seguían”, opina Fernando Lotito, cantante de la banda tributo The Shouts. Es que el trabajo de George Martin en la producción y orquestación del disco, y el del ingeniero Geoff Emerick en el sonido, fue una vez más impecable: le dieron al disco lo que necesitaba para ser difícil de olvidar y para demostrar que la banda seguía intacta aún a horas de separarse. Lo hicieron como en los viejos tiempos. Pero por última vez.

1 comentarios:

Vick dijo...

No sabía que tenías blog! Es sublime, me gustó mucho Fed; espero con ansias lo que vayas a escribir sobre mi esposo. Un beso :D

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